Luis Ruiz del Arbol nació en Bilbao en 1938, donde pasó su niñez para trasladarse, más tarde, a Sete ( Francia ); de nuevo cambió su residencia, está vez a Portugal y allí nació su vocación por la pintura.
Comenzó la carrera de Derecho en Salamanca, trasladándose al año a Lima ( Peru ); Se licenció en Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Pontificia Católica de ésta ciudad y continuó con sus estudios en la Universidad de San Marcos diplomándose en Relaciones Públicas.
Durante esta etapa, Luis Ruiz del Arbol compaginaba sus estudios con la pintura, trabajando en los talleres Ugarte de la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde conoció a J.M. Ugarte Elespuru ( Director de la citada escuela ) quien le guió y animó para continuar con la pintura; corria el año 1961.
Luis Ruiz del Arbol comenzó a Exponer por todo el Pais individual y colectivamente.
Se traslado a Valparaiso ( Chile ), donde terminó su Tesis de Doctorado en Derecho, y conoció a la que ahora es su esposa.
Se trasladaron a Madrid ( España ), y siguió con su carrera artística haciendo exposiciones individuales y colectivas por todo el país, y el continente europeo.
Ruiz del Arbol esculpe y pinta utilizando un soporte de madera, donde escava para crear estructuras arquitectónicas; buscando valores y raices profundas que se entremezclan con distintas materias de forma natural, creando así paisajes urbanos perdidos en el espacio.
Esta técnica podría denominarse " Informalismo ", es aquella variedad del expresionismo abstracto que investiga los valores de textura de la materia pictórica; las superficies y el juego de los materiales diversos, que así adicionan una tercera dimensión al cuadro.
En sus obras, Ruiz del Arbol establece una síntesis entre el citado expresionismo y la aportación geométrica, recurriendo además a un soporte singular, la madera.
Esta es destripada, desgastada y excavada, creando así con la mezcla del color, un lenguaje violento y dramático, que se ordena con racionalizada geometría formando un juego de planos y espacios que nos transportan a un submundo de sentimientos enfrentados.
Las obras de este singular artista podrian dividirse en dos partes, la primera es aquella que al primer golpe de vista se centran nuestras pupilas, el epicentro, el punto donde convergen y se entremezclan todos los planos creando vigorosas tormentas llenas de pasión y exasperación.
Alrededor de la parte central se mueven suave y silenciosamente distintas gamas cromáticas sobre estructuras que se funden en la búsqueda de la belleza.
En definitiva, la obra de Ruiz del Arbol viene a ser como un recorrido por la piel de la tierra, en ella, la erosión, los relieves, las rugosidades y los accidentes nos muestran el misterio de la creación y el sino de la vida, los tiempos y el espacio.
Ruiz del Arbol
La Técnica
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